Se han cumplido cinco años desde que el Mercado Alternativo
Bursátil (MAB) abrió sus puertas a empresas en expansión como una
alternativa a la financiación de los bancos, cerrados a cal y canto
desde que estalló la crisis financiera en 2007. Pero lo que parecía que
se iba a convertir en la solución definitiva para las pequeñas y
medianas empresas (pymes) españolas se ha quedado en cantos de sirena.
En este tiempo solo han probado suerte 22 sociedades. Sin embargo, a
pesar de las críticas que ha recibido la plataforma bursátil en todo este tiempo, el mensaje de las que la han probado es unánime: ha merecido la pena.
“Gracias
a la financiación que hemos conseguido –13 millones en total de los
cuales 11,5 millones proceden del MAB-, hemos podido dar el salto de
fase clínica a mercado. Hemos financiado la fase de licencias y la internacionalización y tenemos previsto tener flujo de caja entre 2014 y 2015”, asegura a Cotizalia Mikel Ángel Bonachera, consejero delegado de AB-Biotics,
que aspira a convertirse en un referente de la industria biotecnológica
europea y que ya cuenta con dos productos en el mercado, dos en fase
clínica y varios en maduración.
Pero son varias las voces críticas contra el MAB, en tanto que ha resultado ser un mercado con un escaso volumen de negocio. En este sentido, Ignacio de la Torre, socio de Arcano, defiende que el problema es que “no hay demanda,
porque no hay fondos especializados en España en este tipo de
compañías". Y añade: "La solución para el MAB es fomentar la creación de
fondos estratégicos con incentivos fiscales como en Francia y Reino
Unido, que han identificado que un mercado así es positivo para la
economía porque financia proyectos biotecnológicos”.
Esa
visión crítica no es compartida por la inmensa mayoría de empresas que
han salido a cotizar en esta plataforma alternativa. “Yo soy un
entusiasta del MAB, ha sido muy válido y es muy válido”, afirma Juan
Juarez, consejero financiero de Carbures, que confiesa a
Cotizalia que cuando el presidente de la compañía, Rafael Contreras,
planteó la posibilidad no lo veía claro porque lo considera un mercado
muy estrecho. “Entiendo que pueda haber empresas que no estén contentas,
pero sus problemas de liquidez no son solo por la estructura del MAB,
sino por ellas mismas”. Desde que Carbures debutó en bolsa en marzo de
2012 su valor se ha disparado un más de un 300%, hasta los 5,19 euros
por acción.
“El hecho de cotizar nos ha abierto muchas puertas en el mercado"En
esta línea, Bonachera añade que “es verdad que una empresa para dar
liquidez tiene que tener dispersión, es decir, el mayor número de
accionistas posibles. Pero es tarea de las empresas del MAB tener una
buena estrategia de comunicación a los accionistas y la prueba es que
hay dos compañías con una liquidez extraordinaria y culpa de ello es que
han llevado unas estrategias de comunicación magníficas”, afirma el CEO de AB-Biotics.
Se refiere, fundamentalmente, al caso de Gowex,
que se ha convertido en la empresa revelación del MAB. Con una
capitalización de más de 417 millones de euros, tiene más liquidez que
varias empresas del Mercado Continuo. “Dar el salto al MAB nos dio una
publicidad gratuita increíble. Si tuviera que valorar económicamente el
coste de la publicidad que nos ha dado cotizar en el MAB serían unos 4 millones de euros”,
explica su consejero delegado, Jenaro García. “En cuanto a la liquidez,
hemos conseguido varias ampliaciones con un éxito rotundo, porque el
MAB nos ha puesto en el radar de los inversores, tanto nacionales como
internacionales”, asegura.
Y es que la clave para las empresas que han probado suerte en el MAB no está tanto en la financiación como en la visibilidad
que ha supuesto comenzar a cotizar en bolsa y la profesionalización que
ello implica, ya que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV)
exige unas estructuras y una transparencia a todas las compañías que
cotizan en bolsa.
“El hecho de cotizar nos ha abierto
muchas puertas en el mercado y esto lo hemos notado desde el primer día.
Es casi más importante que lograr capital”, en palabras de Josep
Castells, presidente de 1nkemia, que debutó en el parqué el 21 de diciembre, aunque sin hacer una colocación pública, lo que se conoce como listing. Una operación por la que han sacado el 100% de la compañía para que el mercado fije el valor de la empresa.
Desde
entonces se han cambiado aproximadamente 3,5 millones de acciones y se
han convertido en la tercera empresa en cuanto a negociación. Sus
acciones han saltado de los 0,8 euros a los 0,95 euros que valen hoy y
están preparando una ampliación por valor de 2,5 millones de euros para
focalizar su expansión por tres vías: internacionalización, reforzando
la inversión en I+D y aumentando las adquisiciones de participaciones en startups.
En 2012, el MAB generó para las empresas una financiación de cerca de 40 millones,
en su mayor parte en ampliaciones de capital de sociedades ya
cotizadas, ya que sólo debutaron en bolsa cinco compañías. Uno de los
principales factores que frena a las empresas son los elevados costes
que supone salir a bolsa, que rozan los 800.000 euros entre auditores,
proveedores de liquidez y demás trámites.
Ahora, el Gobierno prepara la puesta en marcha de un Mercado alternativo de Renta Fija (MARFI)
para que las pequeñas y medianas empresas puedan negociar pagarés y
bonos y de hecho el reglamento ya lo ha aprobado la CNMV. “El mercado es
distinto porque dentro del dinero que hay en España en activos
financieros, una gran proporción se encuentra en renta fija”, explica De
la Torre. “El problema de liquidez de las cotizadas no lo tienes en un
bono”, concluye.
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