Esperemos un 2008 lleno de felicidad y subidas je je je
Versión oficial que podrán leer hoy en cualquier medio convencional: la bolsa ha cumplido su quinto año alcista consecutivo con una ganancia del 7,32%, sigue imparable a pesar de algunas “turbulencias”, el Ibex ha ganado más que el resto de Europa (salvo el Dax alemán, que ha subido el 22,29%) y los “expertos” consideran que el potencial alcista es mucho mayor porque, a pesar de la subida, la valoración sigue siendo atractiva gracias al fuerte crecimiento de los beneficios empresariales.
La realidad: este año ha sido dificilísimo ganar en bolsa, a pesar de que el Ibex haya subido (eso sí, mucho menos que en los cuatro años anteriores). Para empezar, porque 16 miembros del índice han acabado con pérdidas, algunas tan abultadas las de Colonial (del 62,32%), Sacyr Vallehermoso y Antena 3 (en torno al 40%), o las de FCC y Ferrovial (por encima del 30%). Este año se ha acentuado aún más la concentración de nuestro índice, de forma que su subida responde casi exclusivamente a las alzas de Telefónica –que ha resucitado en 2007 con un alza del 42,53%-, Iberdrola (con un 29,19%) y Santander (con un 8,75%). De no ser por estos tres valores, el Ibex habría acabado el año en pérdidas. Además, BBVA y Repsol han bajado más del 4% en el año.
Por sectores, la gran historia de 2007 ha sido el derrumbe del sector inmobiliario, la gran estrella bursátil de 2005 y 2006, por el brusco fin del boom del ladrillo al que hemos asistido este año. Si Terra pasó a la historia como el icono del crash tecnológico, Astroc será el paradigma del batacazo inmobiliario: pasó de ser la mejor OPV de la historia de España, con una revalorización del 1.500%, a sufrir la caída más violenta jamás vista (el 93,3%) y perder hasta el precio de salida a bolsa, mientras varios grandes del sector intentaban desesperadamente reflotar la compañía.
En general, los bajistas se han cebado en los valores pequeños y medianos, mientras que el dinero ha huido a los grandes. Otras catástrofes sonadas del año han sido la de Vueling (-72,63%), protagonista de la historia más escandalosa del ejercicio en el mercado, la de Jazztel (-50,00%), cuya supervivencia está seriamente cuestionada tras la compra de Tele2 por Vodafone, o la del sector mediático en general (y Antena 3 en particular por el desplome de su audiencia), que anticipa un cambio de ciclo económico que adelantará el negocio publicitario.
En el otro extremo, el triunfador del año ha sido el sector de las energías renovables, que se ha disparado en bolsa hasta alcanzar unas valoraciones tan altas que muchos hablan de “burbuja verde”. El icono en este caso es Solaria, con un subidón del 126,11% respecto al precio de la OPV. Esta moda, junto a la operación de Endesa, ha disparado a Acciona un 56,25%. Iberdrola quiso aprovechar la burbuja para colocar su filial Renovables a un precio estratosférico, pero el mercado no lo aceptó y el valor ha tenido bastantes dificultades para mantener el precio de salida a bolsa. Otras ganancias destacables han sido las de CAF, Arcelor Mittal, GAM, Gamesa, Técnicas Reunidas y Grifols, que ha culminado su gran año con la entrada en el Ibex.
Vaivenes insoportables
Sobre todo, 2007 ha sido un año muy difícil por los enormes vaivenes que ha sufrido el mercado. Unos vaivenes que han hecho que mucha gente comprara en máximos justo antes de una fuerte caída o que vendiera en el peor momento llevada por el pánico. El ejercicio empezó a la baja y tardó un mes en entrar en positivo… y entonces llegó el primer susto en febrero, cuando los índices sufrieron un batacazo del 8% hasta mediados de marzo, que dejaba claro que 2007 iba a ser complicado. Luego tuvimos una crisis puramente hispánica a finales de abril: el primer crash inmobiliario provocado por el hundimiento de Astroc.
Desde ahí llegó la recuperación, que llevó a los índices a máximos históricos, donde se instalaron entre mayo y julio. Y ahí llegó el gran tortazo del año, con el estallido total de la crisis subprime, la quiebra de varios fondos y que culminó con el rescate del británico Northern Rock por el Banco de Inglaterra. La caída bursátil fue superior al 10% e hizo entrar en pérdidas a los índices.
Sin embargo, las medidas de emergencia -la Fed bajó medio punto el tipo de descuento en agosto, después ha iniciado una serie de bajadas del tipo oficial que dura hasta hoy, y todos los bancos centrales han inyectado liquidez a espuertas- provocaron una recuperación igual de impresionante que la caída previa. Así, el Ibex superaba a principios de noviembre sus máximos y alcanzaba por primera vez los 16.000 puntos (el resto de Europa no seguía su estela).
Pero ahí no acabó la montaña rusa: nueva recaída a finales de noviembre que dejaba claro que la crisis no había pasado, remontada en diciembre y nuevo descenso en las sesiones finales del año, en medio del segundo crash inmobiliario en España (esta vez protagonizado por Colonial). En resumen, una auténtica locura de año que ha dejado a muchos fondos y carteras de banca privada en negativo o con unas ganancias pírricas en 2007.
Una crisis sin precedentes
La crisis desatada por las hipotecas en EEUU ha sido el gran tema de la segunda mitad del año y lo seguirá siendo en 2008. Por un lado, los mayores bancos del mundo han reconocido gigantescas pérdidas en sus inversiones en activos respaldados con créditos que han perdido casi todo (o todo) su valor. Estos activos ofrecían altísimas rentabilidades con calificaciones crediticias que en muchos casos eran de triple A. Estas pérdidas han costado la cabeza a los presidentes de Citigroup, Merrill Lynch y UBS, y han ofrecido la puerta de entrada en estos y otros gigantes financieros a los fondos soberanos de China, Singapur y Oriente Medio.
Por otro lado, esta crisis ha generado tal desconfianza entre los bancos que nadie quiere prestar a los demás más que a muy corto plazo, lo que ha congelado el interbancario y ha obligado a la Fed y al BCE a realizar las mayores inyecciones de liquidez de su historia, e incluso a formar una alianza con el resto de bancos centrales para actuar concertadamente por primera vez desde 2001. De momento, parece que la banca española es la única que se ha salvado de la debacle, gracias a las limitaciones del Banco de España a la inversión en los activos “tóxicos”. Pero la gran amenaza viene de la falta de liquidez en unas entidades que han crecido en crédito a ritmos frenéticos, y que empieza a traducirse en crisis de solvencia en la banca internacional. Hasta ahora no ha estallado ninguna entidad española, pero numerosos expertos esperan que ocurra en 2008.
Fuera de España, toda la banca internacional se ha hundido, en especial la norteamericana. Aun así, Nueva York ha cerrado el año con una ganancia apreciable (superior al 7% en el Dow Jones y al 11% en el Nasdaq) gracias a la resurrección de la tecnología. Nombres como Google, Apple o Research in Motion (Blackberry) han liderado el mercado como en los mejores tiempos de la burbuja. Ahora bien, el hundimiento del dólar ha anulado por completo esta ganancia para los inversores europeos. En cuanto a los emergentes, China empezó el año como un tiro y ha dado rendimientos espectaculares a los inversores, a pesar de la corrección del verano. Los índices de Shenzen y Shangai han ganado más del 150% en 2007.