La guerra continúa abierta en Zinkia. Un día después de que la empresa solicitase el concurso voluntario
 ante la imposibilidad de alcanzar un acuerdo de refinanciación con 
todos sus acreedores, los accionistas minoritarios, liderados por Miguel Valladares y Alberto Delgado, han apuntado directamente hacia el presidente de la firma, José María Castillejo.
En una misiva, los minoritarios no se andan con rodeos y culpan absolutamente a Castillejo de todo lo que ha ocurrido en la compañía.
 "Los culpables de la situación de Zinkia no son las entidades 
financieras, ni quienes confiaron en él y le prestaron dinero, ni las 
empresas con las que firmó contratos, ni la crisis internacional ni, 
desde luego, los que invirtieron su dinero en la compañía; el culpable del concurso de la empresa es José María Castillejo,
 ya que él ostenta los derechos de la mayoría de los accionistas y 
controla el consejo de administración, siendo el responsable último de 
todas las decisiones", afirman de forma tajante en la carta.
Este grupo de accionistas lamenta "profundamente"
 que la empresa haya tenido que pedir finalmente el concurso, pero 
indican que ya llevan tiempo alertando de que esto podría suceder 
debuido a la "pésima gestión" que se ha hecho de 
Zinkia. También han denunciado falta de transparencia en las decisiones 
tomadas y "la obsesión del presidente por mantener a toda costa su 
mayoría accionarial.
En este sentido, entre los puntos a los que Valladares, Delgado y el resto de minoritarios se oponen, destaca el "empecinamiento de Castillejo en no aceptar propuestas de financiación que podían suponer una pérdida de su mayoría accionarial".
"No es el creador de Pocoyó"
Los
 minoritarios creen que el presidente de Zinkia controla el consejo de 
administración y se vota a sí mismo en las juntas, "además de utilizar 
su mayoría para tomar decisiones imponiendo su criterio personal, sin 
contar con el voto del resto de accionistas. Además, se han mostrado 
molestos con que Castillejo aparezca en los medios como el dueño de la 
empresa. "Es falso que sea el creador de Pocoyó", aseguran.
Valladares y Delgado también le acusan de no querer reconocer "su incapacidad y fracaso" y
 de eludir su responsabilidad. A pesar de todo, el grupo de minoritarios
 asegura que confía en el futuro de la compañía, aunque son conscientes 
de la dificultad de salir del concurso. "Pero con un cambio de gestión, 
con un equipo de profesionales adecuado y con los recursos financieros 
necesarios, se podrá aprovechar el potencial internacional de la marca 
Pocoyó", aseguran.
Una guerra que viene de lejos
El enfrentamiento entre Castillejo y estos accionistas, sobre todo el mexicano Valladares, viene de lejos.
 El presidente de Zinkia acabó por echarles del consejo de 
administración alegando "falta de confianza" en ellos porque se 
opusieron a la emisión de bonos que lanzó para intentar salvar la 
empresa y apostaron por una ampliación de capital.
Sin ir más lejos, la pasada semana volvían a cruzarse acusaciones, ya que el mexicano declaraba su intención de seguir inviertiendo
 en Zinkia si cambiaba su gestión y, más tarde, Castillejo aseguraba que
 la empresa no necesitaba un dinero que, como han demostrado los últimos
 acontecimientos, sí era necesario.
 
 

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